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Tiempo de abrazar, Novela de Onetti
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José María del Rey Morató
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El 1º de julio se celebra el nacimiento de Juan Carlos Onetti
(Montevideo, 1909 – Madrid, 1994).
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La madre del escritor era riograndense y “fazendeira”. Su padre, un empleado de ascendencia italiana, compartía apellido con Pedro Onetti secretario de Fructuoso Rivera en Yaguarão y en Melo. La vida real del escritor Onetti es inseparable de la ficción, como también ocurre con su prosa.
“Tiempo de abrazar” fue escrita en 1933. Onetti tenía veinticuatro años. Los manuscritos estuvieron perdidos más de cuarenta años. «Con un largo suspiro M. Girord volvió los dorados anteojos a la nariz» comienza el texto publicado en 1974.
El protagonista Jason –empleado de oficina y estudiante de literatura– sale del salón de clase del subsuelo y sube la escalera detrás de M. Gigord, su profesor de literatura francesa. El tiempo real de la acción física de subir esa escalera puede estimarse en unos treinta segundos o hasta un minuto, si se le agrega la acción de caminar que lo lleva fuera, a la calle. La suma de párrafos en que el narrador da cuenta de los recuerdos, imágenes y demás cosas que pasan en el interior de la mente del protagonista –mientras sube por la escalera–, ocupa más espacio y tiempo que el mero relato del ascenso de ambas personas.
Hay que sumergirse en su prosa para entender o intentar entender hacia dónde el autor miraba, tensaba sus brazos y apuntaba sus flechas cuando todavía no había llegado el momento de la publicación de “El pozo” (1939).
El último capítulo del libro (XIX) abre la puerta a otra dimensión de la narrativa. El lector puede imaginar que el narrador mira y describe desde la mirada de un director de cine: «Ya la luz de la ventana se hacía violeta […] Hizo brillar la cigarrera… [...] La luz brillaba en barras sobre la tapa de la cigarrera […] La cortina de la ventana se había oscurecido […] Bajo la luz redonda del techo […] Uno y otro en islotes de sombra, separados por el blanco globo de la luz».
En estas páginas Onetti muestra una nueva manera de narrar, aunque el lector de nuestros días dude si el final escrito en 1933 se mantuvo sin cambios desde aquel momento hasta la publicación de “Tiempo de abrazar” en 1974.
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José María del Rey Morató, Montevideo, Uruguay
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NOTA: Este texto deveria ter sido publicado no dia 1º de julho, mas me perdi pelos labirintos do fuso horário romano e deixei passar a data. Publico hoje, neste sábado, com o devido pedido de desculpas ao autor, o amigo del Rey. Visite o blog do Dr del Rey clicando AQUI.
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